Me exalta el nueve y me enamora el viejo
MIREIA PUENTE – 12/02/2017
Los enigmas del arte
Hay quien busca en el arte una forma de descifrar mil enigmas, que trata de entender los motivos y las razones que el artista ha ahogado detrás de su obra. Sin embargo, yo cada vez soy más feliz cuando me encuentro con un artista que me permite adentrarme en mis propias razones y motivos, en mis propias preguntas y enigmas, que me permite proyectar mi mundo en el suyo, y así a través de su arte conocer algo más de mí misma. Hoy os presento un artista que si le permite, le acompañará a los rincones más profundos de su yo. Ramon Pons, la voluntad de crear Ramon Pons presenta dos tipos de obra: Una obra aparentemente más académica, aunque a partir de modelos clásicos renueva el concepto y le da un sentido más actual; y otra obra más conceptual o simbólica, con un trasfondo de denuncia social teñida de una poética estética y narrativa que dignifica la propia causa. El artista me dice: «Me exalta lo nuevo y me enamora el viejo» JVFoix
Trabaja con barro, y una vez cocido le da diferentes texturas y acabados a través de las pátinas de óxidos, pigmentos y colorantes obtenidos con tés y plantas tintoriales. El trabajo del barro le permite establecer una relación muy íntima con la prenda, el modelado es un trabajo muy expresivo que le obliga a tener una conexión extremadamente física durante el proceso. En sus piezas más conceptuales también integra objetos reciclados hallados por las calles de la ciudad o paseando por la naturaleza.
La renovación del clásico
Las piezas más clásicas son una plataforma de investigación de la anatomía y movimiento que Ramon Pons sabe reconducir hacia una visión más actual. Juega con los conceptos de clásico y moderno, obligándonos a ir más allá del elemento estético y del concepto de belleza clásica, para ubicarnos en una dimensión de incertidumbre que resulta sumamente estimulante.
Poética del mensaje simbólico
Ramon Pons nos envuelve con su poética. Su obra más conceptual utiliza la escultura como valiosa herramienta de denuncia social, sin renunciar a un poderoso gusto estético. El resultado es una pieza evocadora, de formas depuradas, en la que la simplicidad de los elementos favorece la comprensión del mensaje. Cada elemento fluye con armonía, y detrás se esconde una mirada profunda y reflexiva que plantea un concepto desgarrador.
El artista nos invita a la reflexión, pero a menudo tiene también la sensibilidad y generosidad de dejarnos descubrir por nosotros mismos el trasfondo de la pieza, sin ser excesivamente explícito. Es el observador quien encuentra el camino para llegar a sus conclusiones. Es curioso ver cómo partiendo de un elemento figurativo Ramon Pons es capaz de sugerirnos conceptos tan abstractos, a veces incluso reflexiones trascendentales y/o espirituales.