TRANSICIONES
ISAAC CANDELARIO – Juilol 2021
Aún recuerdo la tarde de invierno que nos conocimos, me perdí por el barrio del Born de Barcelona y en una pequeña calle, de repente, me encontré inmerso en un espacio mágico: tu estudio. Como si de un alquimista se tratara, me abriste las puertas de tu laboratorio de creación, donde rodeados por los diferentes materiales, objetos, pigmentos y herramientas que sirven para investigar y crear tu obra, iniciamos una larga conversación.
Evocándome a un cuchillo de curiosidades, recuerdo que los ojos no paraban de perseguir cada uno de los rincones de ese lugar tan peculiar, buscando cada una de las esculturas, que colocadas sabiamente en sus correspondientes estanterías, emulaba en mi cabeza una exposición cronológica imaginaria, donde se entendía sin duda tu trayectoria artística. Así pues, arriba, las obras más tempranas, aquellas que podríamos considerar más academicistas, pero donde ya empieza a verse tu pasión por el estudio del movimiento y la expresión del cuerpo, un leitmotiv en toda tu obra posterior.
En el centro, una serie de terracotas exquisitas, donde podríamos decir que muestras tu mirada más surrealista. Sin abandonar el estudio del cuerpo humano, presentas a personajes oníricos, que parecen salir de tus pensamientos y sueños más profundos. Hombres con cuernos de venado, personas que se transforman en árboles -como si se tratara de una reinterpretación del mito de Apolo y Dafne-, demuestras cómo tu imaginación traspasa el academicismo más temprano y evoluciona hacia tu etapa , desde mi punto de vista, más interesante donde la obra siempre acompaña a la reflexión del visitante.
Esta obra más reciente, pues, la sitúas en el estante de abajo, y más aún, las esculturas en proceso en tu mesa de trabajo. Una etapa, que inicias, como muy bien explicas en algunas de tus reflexiones, con la obra Sin techo, donde abres la puerta a la reflexión y donde a partir de tus esculturas nos preguntas el porqué de estas injusticias que vemos cada día a nuestro alrededor. Me gusta mucho, cuando pienso y hablo de esta serie de obras, relacionarlas con el concepto del objeto trouvé, ya que es en este momento cuando empiezas a introducir toda una serie de objetos encontrados y que a priori no se consideran artísticos, como pretexto para ubicar a tus personajes, y reforzar aún más las reflexiones que nos propones en cada uno de tus trabajos. Con una técnica del ensamblaje muy cuidadosa, haces convivir de forma magistral las pequeñas figuras de terracota con objetos como una criba, el conocido panot barcelonés diseñado por Josep Puig i Cadafalch (símbolo inequívoco de la ciudad de Barcelona), un pedazo de cerradura de pared, una chimenea de plástico… que simbolizan el contexto y sitúas al personaje en un lugar determinado. En la cabeza me venden obras como: Somos naturaleza en la ciudad, Silencio político, Desahuciado, Roof garden… toda una serie de trabajos donde el objeto cotidiano se convierte en la auténtica obra, pero siempre con la compañía de la figura humana, representando a la sociedad que sufre estas injusticias.
Si seguimos visitando, esta exposición que me imaginé en el estudio de Ramon, me llamó mucho la atención un apartado bien diferenciado donde el material empleado era completamente diferente al resto, no había terracotas sino unas pequeñas esculturas moldeadas con cerámica fría. Ante mi estupefacción por el cambio tan radical en la técnica y el material, me explicaste que pertenecían al trabajo realizado en casa durante los meses de confinamiento. Éste ha sido un tema del que se ha hablado mucho durante el pasado 2020, como los artistas desde su espacio de cierre nunca dejaron de crear, y tuvieron (a veces) reinventarse utilizando los materiales y las herramientas que tenían en ese momento a su alcance. En este caso, un conjunto de personajes que miran al cielo de cemento, se presentan como si fueran un ejército, acompañados de una serie de pequeñas figuras que cargadas con sus pertenencias caminan buscando un lugar donde alojarse. Estas dos series son una intensa reflexión del momento de crisis ocasionado por la pandemia. Muchas familias, sin recursos, tuvieron que abandonar sus hogares, y por tanto, su vida, buscando un lugar donde establecerse.
Siguiendo la idea de este conjunto de pequeñas obras moldeadas, Ramon ha trabajado en su última serie, que encontraríamos al final de esta exposición ficticia situada en su taller. Se trata de terracotas, de cierta dimensión, que representan cuerpos que incorporan bolsas y maletas, y que quedan integradas como si fueran las mismas extremidades. Esta serie plantea una doble reflexión. Por un lado y siguiendo con el trabajo anterior producido durante el confinamiento, Pons plantea estas figuras como personas que transitan acompañadas de sus pertenencias dentro de las maletas, buscando una nueva vida truncada por la crisis. Por otra parte, y como contrapartida, vemos cómo estas maletas, a veces se transforman en bolsas de compra, una crítica verdadera a la sociedad de consumo en la que vivimos. La otra cara de la moneda que niega una realidad que ocurre todos los días en nuestras ciudades. Es curioso como en esta serie, todas las figuras no presentan un rostro definido, un aspecto intencionado por el artista, puesto que como bien dice, no pretende particularizar estas situaciones sino que las presenta de forma general a todas las culturas del mundo. Por tanto, dos situaciones actuales completamente diferentes que se plantean en la misma serie y que demuestran otra vez que todos podemos estar sometidos a estas situaciones y que en cualquier momento pueden dar la vuelta a nuestra vida.
Con esta serie, terminaría la visita por esta exposición que me imaginé el día que visité el estudio del artista. Quien me hubiera dicho que ese discurso planteado en mi cabeza, se materializaría ahora (en parte) en Santa Cristina d’Aro. Pues bien, así es. Espero que disfruten de esta muestra, y reflexionen sobre las preguntas que el artista nos plantea en cada una de sus obras, tal y como me pasó a mí, aquella tarde de invierno en la que conocí al amigo y querido Ramón Pons.
Isaac Candelario.
Historiador del Arte.
Mataró, julio 2021.